Es una
novela negra, teniendo como protagonista al detective Carvalho, que reside en
Barcelona y es contratado para que venga a Madrid a proteger a una persona
durante la entrega de un premio y resulta asesinado durante la ceremonia.
Carvalho
es el protagonista de una saga, que reúne unas características que lo definen a
lo largo de todos los libros: vive con una prostituta, que a veces dice que no
lo es; tiene un ayudante que es el termina preparándole de comida, un
exlegionario que lo utiliza como confidente, tiene la costumbre de quemar
libros, la mayoría porque no le gustan o porque cree que no aportan nada,…
El autor
enmarca la acción en el final de los gobiernos socialistas y se vaticina con
seguridad la victoria de los conservadores. Aparecen personajes públicos
reales, como el presidente autonómico Joaquín Leguina y la Ministra de Cultura
Carmen Alborch.
Se
considera importante la dedicatoria que hace a Carmen Balcells, que es agente
literaria a nivel mundial, pues da la sensación que quiera sacarla de la
crítica general que hace del mundo literario.
También
aparecen otros personajes del mundo real, algunos con el nombre directo, como Jesús
Aguirre, Duque de Alba, otros disfrazados como el Premio Nobel, que encaja
perfectamente con la personalidad de Camilo José Cela. Incluso el mismo autor
está representado por el personaje de Sánchez Bolín.
El
personaje central, el potentado que organiza el premio mejor pagado de la
historia de la literatura, es un empresario que ha florecido con la nueva
democracia, que se siente dueño de todos los invitados, pero que está en horas
bajas, amenazado por el Banco de España, y duda de todos los que le rodean.
Cualquiera de los asistentes puede ser su asesino. Este personaje puede
representar a Fernando Lara, dueño de la Editorial Planeta.
En la trama
planteada aparecen varias críticas:
Ø A los
nuevos capitalistas que creen comprarlo y controlarlo todo. Corrompen, o creen
hacerlo, todo lo que les rodea.
Ø A los
empresarios que han ido perdiendo poder y riqueza y se agarran a un clavo
ardiendo, reflejando una agonía entre la desesperación, el orgullo, la amenaza,
el chantaje, …
Ø Al mundo
de los escritores, ridiculizándolo bastante, con sus envidias, sus falsas
estimas, sus hipocresías, sus críticas mutuas,… Demasiados “egos” juntos.
Ø Al mundo
de la crítica literaria, que presume de independencia y al final quedan
retratados como esclavos del poder económico.
Ø A los
jurados de los premios literarios, que juegan un papel de inoperancia total y
son comprados por bastante poco. Comida, bebida,…
Ø Al
movimiento social-político en el que se propugna el no consumo de productos
catalanes.
Ø El
lenguaje de los jóvenes, que lleva a momentos humorísticos, cuando la madre
tiene que ir traduciendo a su hijo para que el detective lo entienda.
En los
interrogatorios que se llevan a cabo
cada personaje retrata su propia personalidad con la declaración que hace ante
los policías y el detective.
Aparecen
momentos cómicos: la llamada al Rey y al Papa, las conversaciones entre los
escritores.
El
detective Carvalho emplea bastante ironía en sus intervenciones.
Aparecen
personajes que ya habían intervenido en obras anteriores, como Carmela, que ya
lo había hecho en “Asesinato en el Comité
Central”.
Como en
todas las historias de Carvalho, aparecen las recetas de cocina y las menciones
a las comidas y bebidas, algo muy unido a los novelas de Vázquez Montalbán.
La novela
negra actual, y Vázquez Montalbán es uno de sus principales representantes, se
ha convertido en una crónica social del momento.
La próxima reunión será el día 26 de mayo. El libro será "El país del miedo" de Isaac Rosa.