El día 16 de junio comentamos el libro "Lo que me queda por vivir" de Elvira Lindo.
El personaje principal nos va contando episodios de su vida, no de forma
cronológica sino dando saltos en su biografía, ya que alterna episodios pasados
de su infancia con episodios presentes, equiparándolos con la edad de su hijo (4
años). Va haciendo un repaso a ciertos acontecimientos pasados que le trae a la
mente el trato actual con su hijo.
La
protagonista nos habla de la crianza de un hijo, prácticamente ella sola, y qué
hace con su vida. Y lo hace de una forma descarnada a través de una
introspección continua.
Hay
bastante profundidad en los textos, hay que leer detenidamente pues encierran
bastantes mensajes, que nos pueden pasar desapercibidos.
En los
pasos atrás nos habla de su vida familiar, que además se lleva a cabo en un
pueblo pequeño, resaltando las diferencias entre las costumbres de ese pueblo y
las de la ciudad, que sin embargo, tiene algunos aspectos que no varían cuando
aparece su hijo en ese mismo lugar.
Nos
cuenta las dificultades que se encuentra para tener relaciones en pareja.
Las
costumbres de la época de las que habla son bastantes parecidas a las que
nosotros conocemos (los de parecida edad); sin embargo, las cuestiones que
plantea el hijo no coinciden con la que nosotros planteábamos, ya que nuestro
mundo era más cerrado y ni siquiera nos daban opción a preguntar lo más mínimo.
Los otros
dos personajes importantes son su marido y su hijo. Su marido tiene poca
presencia real, está más en su pensamiento y condiciona bastante sus acciones,
pero aparece bastante poco.
Su hijo
es el que le hace tomar decisiones y con el único que comparte su vida, pues lo tiene que criar ella sola. Diríamos que es el único que la mantiene
enganchada a la vida, ya que sostiene pensamientos que le hacen tener poca
estima hacia ella misma, dudando a veces, sobre qué camino tomar.
Aparece
otro personaje, su tía-abuela Celia, ya que valoran que es un personaje típico
en todas las familias. Además la autora la describe perfectamente, haciendo que
algunos se acuerden de un familiar cercano de características parecidas.
Nos
refleja la época del inicio de la transición, alrededor de los años 80,
reflejando comportamientos típicos de esa época entre personas que primero son
estudiantes y después inician sus primeros trabajos, pero sólo como referencia,
ya que los hechos narrados sólo son vivencias personales.
Al
analizar la obra creemos que no es cuestión de tiempo lo que quiere reflejar
sino más bien la forma de ser de los personajes.
La
protagonista puede tener una edad parecida y realiza el mismo trabajo que la
autora, locutora de una emisora de radio, lo que escribe parece conocerlo
profundamente,…, lo que hace pensar que el libro
puede tener bastante de autobiográfico, aunque la autora haya dicho en varias
ocasiones que no lo es.
La
protagonista tiene muchas dudas y en su narración presenta algunas acciones que
no concreta, dejando que el lector lea
entre líneas o imagine lo que pueda ocurrir.
A algunos no les gusta la
obra pues esperaban algo más de la autora, que les era conocida a través de
otro tipo de producciones, como puede ser sus colaboraciones en prensa, donde
los relatos son alegres, más frescos, no tan interioristas,…
Sin embargo, a otros
miembros les ha llegado a emocionar por su lenguaje tan íntimo, tan personal,
con tanto sentimiento,… Teniendo en cuenta que algunas han tenido que pasar por
situaciones bastantes parecidas.
Las opiniones varían en
función de las circunstancias personales en relación con el tema de criar sola
a un hijo.
Con este libro nos despedimos hasta la temporada que viene, que iniciaremos en el mes de septiembre con el libro "El sueño del celta" de Mario Vargas Llosa.
¡Feliz verano!