miércoles, 17 de junio de 2015

Lectura junio: Lo que me queda por vivir

El día 16 de junio comentamos el libro "Lo que me queda por vivir" de Elvira Lindo.

El personaje principal nos va contando episodios de su vida, no de forma cronológica sino dando saltos en su biografía, ya que alterna episodios pasados de su infancia con episodios presentes, equiparándolos con la edad de su hijo (4 años). Va haciendo un repaso a ciertos acontecimientos pasados que le trae a la mente el trato actual con su hijo.
La protagonista nos habla de la crianza de un hijo, prácticamente ella sola, y qué hace con su vida. Y lo hace de una forma descarnada a través de una introspección continua.
Hay bastante profundidad en los textos, hay que leer detenidamente pues encierran bastantes mensajes, que nos pueden pasar desapercibidos.
En los pasos atrás nos habla de su vida familiar, que además se lleva a cabo en un pueblo pequeño, resaltando las diferencias entre las costumbres de ese pueblo y las de la ciudad, que sin embargo, tiene algunos aspectos que no varían cuando aparece su hijo en ese mismo lugar.
Nos cuenta las dificultades que se encuentra para tener relaciones en pareja.
Las costumbres de la época de las que habla son bastantes parecidas a las que nosotros conocemos (los de parecida edad); sin embargo, las cuestiones que plantea el hijo no coinciden con la que nosotros planteábamos, ya que nuestro mundo era más cerrado y ni siquiera nos daban opción a preguntar lo más mínimo.
Los otros dos personajes importantes son su marido y su hijo. Su marido tiene poca presencia real, está más en su pensamiento y condiciona bastante sus acciones, pero aparece bastante poco.
Su hijo es el que le hace tomar decisiones y con el único que comparte su vida, pues lo tiene que criar ella sola. Diríamos que es el único que la mantiene enganchada a la vida, ya que sostiene pensamientos que le hacen tener poca estima hacia ella misma, dudando a veces, sobre qué camino tomar.
Aparece otro personaje, su tía-abuela Celia, ya que valoran que es un personaje típico en todas las familias. Además la autora la describe perfectamente, haciendo que algunos se acuerden de un familiar cercano de características parecidas.
Nos refleja la época del inicio de la transición, alrededor de los años 80, reflejando comportamientos típicos de esa época entre personas que primero son estudiantes y después inician sus primeros trabajos, pero sólo como referencia, ya que los hechos narrados sólo son vivencias personales.
Al analizar la obra creemos que no es cuestión de tiempo lo que quiere reflejar sino más bien la forma de ser de los personajes.
La protagonista puede tener una edad parecida y realiza el mismo trabajo que la autora, locutora de una emisora de radio, lo que escribe parece conocerlo profundamente,…, lo que hace pensar que el libro puede tener bastante de autobiográfico, aunque la autora haya dicho en varias ocasiones que no lo es.

La protagonista tiene muchas dudas y en su narración presenta algunas acciones que no concreta, dejando  que el lector lea entre líneas o imagine lo que pueda ocurrir.
A algunos no les gusta la obra pues esperaban algo más de la autora, que les era conocida a través de otro tipo de producciones, como puede ser sus colaboraciones en prensa, donde los relatos son alegres, más frescos, no tan interioristas,…
Sin embargo, a otros miembros les ha llegado a emocionar por su lenguaje tan íntimo, tan personal, con tanto sentimiento,… Teniendo en cuenta que algunas han tenido que pasar por situaciones bastantes parecidas.
Las opiniones varían en función de las circunstancias personales en relación con el tema de criar sola a un hijo.


Con este libro nos despedimos hasta la temporada que viene, que iniciaremos en el mes de septiembre con el libro "El sueño del celta" de Mario Vargas Llosa.

¡Feliz verano!

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