«Con motivo del Día de la Biblioteca , quiero
compartir con vosotros un secreto: el Conejo Blanco casi siempre tiene prisa.
Quizá algunos penséis que esto no tiene mucho que ver
con las bibliotecas y que, además, como secreto, deja bastante que desear.
Alicia en el País de las Maravillas se publicó hace 150 años, y desde
entonces los lectores de todo el mundo han sabido que el conejo llega
tarde, demasiado tarde, y por tanto tiene prisa.
Reconoceréis, eso sí, que no es un conejo cualquiera.
Que sepamos, este es el único conejo que usa chaleco y reloj de bolsillo, lo
cual plantea una incógnita: si tiene reloj, ¿por qué siempre llega tarde?
¿Quién es culpable de la tardanza? ¿El conejo o su reloj? Los expertos no se
han puesto de acuerdo sobre este punto, que ha provocado graves discusiones
entre veterinarios y relojeros. Y si se alude al chaleco, es aún peor. Solo hay
una cosa más peligrosa que una discusión entre un veterinario y un relojero, y
es una discusión entre un veterinario, un relojero y un sastre. Es mencionar el
asunto y se desenvainan todo tipo de agujas (hipodérmicas, de coser y de
reloj).
Así que mejor volvamos al secreto. El Conejo Blanco casi siempre tiene prisa. Corre porque
tiene miedo de que la Duquesa
y, sobre todo, la Reina
de Corazones ordenen que le corten la cabeza. Pero vosotros, que aún conserváis
la vuestra, concentraos en ese casi. Es la clave, el secreto mejor
guardado del País de las Maravillas.
Casi siempre. ¿Cuándo no tiene prisa el
Conejo Blanco? Solo cuando visita un pequeño edificio escondido tras los
árboles del bosque: la biblioteca.
El conejo se toma su tiempo para curiosear entre las
abarrotadas estanterías.Tiene un libro en mente pero, cuando se acerca a
cogerlo, no puede evitar fijarse en el tomo que lo precede, y en el de más allá
(y, como ya sabéis, en una biblioteca, el libro de más allá es al mismo tiempo
el libro de más acá de otro libro que está a su lado…). Demasiadas opciones.
Lleva tiempo elegir un libro. El conejo sabe que se encuentra en el hogar de la
lectura, y la lectura es un placer que se disfruta sin prisa.
Aunque nadie haya mencionado antes esta biblioteca
secreta, no lo dudéis, hay una en ese extraño mundo que visitó Alicia. No puede
ser de otra forma. Pues a pesar de contar con el Sombrerero Loco, el Gato de
Cheshire y la Oruga Azul ,
a pesar de todos los animales fantásticos y las extraordinarias cosas que allí
suceden, todo eso no es suficiente para ganarse el nombre que ese mundo tiene.
Un lugar nunca podría llamarse País de las Maravillas si entre sus maravillas
no se contara una biblioteca».
Diego Arboleda
(Fuente: Amigos del
Libro)
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