El protagonista es un comisario de policía,
llamado Kurt Wallander. Como nota sobresaliente vemos que es un personaje que
vive en soledad, su vida privada sólo sale a pequeños ramalazos, rodeada de
dudas permanentes, la ha sustituido por su trabajo de policía, que absorbe todo
su tiempo, incluido el que debería dedicar al sueño, y todas sus energías.
Aparecen varios policías que están bien
descritos, cada uno con sus características propias, tanto físicas como de
carácter, resaltando especialmente cual es su fuerte dentro del mundo policial
(huellas, analista del escenario del crimen, interrogatorios, documentalista,…),
que hacen que funcione perfectamente el trabajo en equipo, algo que queda muy
reflejado al asignar a cada uno sus tareas de forma minuciosa y sin que
sobresalga ninguno de ellos, ni siquiera el protagonista. Se subraya que es una
actitud real dentro de la sociedad nórdica.
Estos personajes, al igual que Wallander, no
dudan en dedicar el tiempo que sea necesario para implicarse y resolver el
caso, a pesar de que algunos de ellos tengan una vida privada algo complicada.
Vemos como todo el estamento policial está
alterado porque la policía de este país no está acostumbrada a que existan este
tipo de delitos tan violentos, sino a otros mucho más tranquilos. También comprobamos
como la policía no está habituada a llevar ni usar pistolas.
El protagonista es un hombre curtido y con
bastante experiencia que intenta seguir el guión profesional con bastante
minuciosidad a la hora de la investigación, pero con bastante frecuencia se
deja llevar por sus intuiciones y corazonadas. No está exento de mostrar sus
sentimientos haciendo que sea una persona corriente más que un policía sin
corazón. Es además un policía que trabaja “a pie de obra”, que visita los
despachos lo indispensable, que le gusta “llenarse los pies de barro”, y nunca
mejor dicho con el clima imperante en Suecia.
A lo largo de la historia vamos descubriendo
como las víctimas no son personas tan inofensivas como se piensa en un
principio, sino que encierran otra vida paralela por las que han sido elegidas
para ser asesinadas de forma tan cruel.
A los miembros se les plantean bastantes dudas
de por qué la última mujer es protegida por la persona culpable de los
asesinatos.
Hasta el final no se desvela la conexión de las
diferentes muertes y entonces se le encuentra sentido a la trama. Aunque un
lector perspicaz quizá vislumbrara desde el inicio quien es el culpable de los
asesinatos.
Se ve el reflejo de la sociedad sueca. Llama la
atención que todos se tuteen, así como de cómo en una sociedad que tiene la
etiqueta de pacífica aflore con abundancia el fenómeno de los malos tratos, la
violencia, que hace que la sociedad viva bastante preocupada,…
Siempre se ha tenido a la sociedad sueca por un
colectivo pacifista, sin embargo vemos como, además de la crueldad ejercida en
los asesinatos, los propios vecinos se toman la justicia por su mano y se
vuelven también violentos, lo que nos hace pensar que en un momento determinado
en cualquier lugar puede surgir un brote que rompa la tranquilidad en la que se
vive.
Es muy llamativo que el protagonista está
haciendo mención continuamente al clima meteorológico, tan frío y húmedo en el
otoño sueco. Parece que es también una costumbre bastante arraigada en toda la
población.
Se repite bastante la queja que tienen todos
los miembros de la policía por los bajos sueldos que reciben, teniendo
dificultades para la adquisición de elementos tan comunes como una casa o un
coche.
También aparecen brevemente los subterfugios
que emplean los países en la fabricación de armamento de manera que no puedan
culparse unos a otros.
La próxima reunión será el día 22 de diciembre para comentar el libro "El imperio eres tú" de Javier Moro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario