El libro que hemos leído en el mes de marzo es "Historia de un abrigo" de Soledad Puértolas.
Más que novela parece una serie de relatos que se
van conectando a través de las relaciones entre los personajes. No se distingue
una trama que conecte los capítulos del libro.
Los personajes aparecen con pocos datos, la
descripción es mínima, sólo conocemos algunos detalles de los mismos y cómo la
novela los va relacionando entre ellos. Muchas veces la relación es una simple
mirada.
Estos personajes son personas que reflejan sobre
todo la soledad, la incomunicación, además de ser personas frustradas,
conformistas, con atonía sentimental, falta de ilusión, con miedo, fracasadas.
Los comportamientos de los personajes son los de
gente corriente, con situaciones cotidianas, pero sin ninguna descripción de
sus circunstancias concretas.
No hay referencias sociales de los personajes,
algunas relaciones solo se apuntan sin ninguna profundización y la acción
transcurre como la vida misma, sin que ningún personaje, ni su historia
personal, predominen sobre los otros, solo historias que se van cruzando en
algunos momentos.
Es como si a lo largo del relato se fueran
abriendo puertas y fueran apareciendo los distintos personajes, historias
diversas, pero además, esas puertas quedan abiertas, no se llega a
conclusiones, no se concluye ninguna de esas historias.
Viendo los contenidos de los distintos capítulos,
se podrían montar historias independientes de más extensión, pues aparecen
personajes y acciones bastantes interesantes.
La búsqueda del abrigo de la madre es el símbolo
de que su hija Mar quiere encontrarse con ella, y, aunque haya muerto, la
búsqueda continúa.
El peso de ese abrigo es el peso de la vida que
arrastra cada personaje, es el peso de la sociedad, de la moral.
Llama la atención que los miembros de una familia
numerosa vivan con tanta incomunicación, como si no se conocieran. Se corrobora
que esos casos ocurren en la vida diaria. También se ve lógico que con el
ejemplo de vida que les daban sus progenitores (sobre todo el padre) los hijos
actúan en consonancia con esa enseñanza.
Como resumen de la obra podría valer este párrafo
que aparece en el último capítulo: “Mar sólo ha conocido una parte de la vida
de su madre, porque eso es lo que conocemos de las vidas de los demás, partes,
trozos, fragmentos, incluso de las personas a quienes tenemos más cerca, las
personas a quienes creemos conocer mejor”.
En el mes de abril leeremos "Las bibliotecas perdidas" de Jesús Marchamalo. La puesta en común el día 26 de abril, en la Biblioteca Pública Manuel Altolaguirre.
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