El día 21 de febrero se reunió el Club de Lectura "Concha Méndez" en la Biblioteca Pública Manuel Altolaguirre, para comentar el libro El novelista ingenuo y el sentimental del Premio Nobel Orhan Pamuk, publicada en el año 2011.
El contenido
de la obra son seis conferencias que el autor dio en la Universidad de
Harvard.
Es un ensayo
sobre la forma de escribir de cada autor, cómo lo entiende o qué piden los
lectores, detalles de la forma de
escribir del propio autor haciendo mención a algunas de sus obras,…
Define qué
entiende él por un novelista, o un lector, ingenuo, que sería el autor espontáneo, natural, en
cierta forma “irreflexivo”. Y un novelista, o lector, sentimental, que sería el
que cuida las normas de escritura, el que reflexiona y se hace continuas
preguntas sobre lo que ha de escribir.
Pamuk entiende que un buen
novelista debe tener características de las dos definiciones.
En la página 17 nos dice:
“El verdadero placer de leer una novela empieza con la capacidad de ver el mundo no desde el exterior, sino a
través de los ojos de los protagonistas que viven en ese mundo”.
Nos enseña la diferente
percepción que tienen los escritores y los lectores según sean occidentales o
turcos, ya que según el autor la novela llega a Turquía más tarde que a
occidente.
Nos habla de la poca
tradición de lectura y creación de novela que hay en Turquía, mientras que el
autor, hablándonos de su trayectoria personal, se sirvió de la biblioteca de su
padre para introducirse en ese mundo. Fue un gran lector antes de iniciarse en
la escritura, leyó a los grandes clásicos.
Nos dice que la novela
negra sigue unos mismos parámetros a la hora de escribirlas, ya que el autor
debe intentar tener al lector enganchado al transcurrir de la intriga, por lo
que de vez en cuando aparece un nuevo dato, un nuevo suceso,…; para mantener
ese interés.
Hay escritores que desde
el inicio de la obra se marcan un guión y lo mantienen a lo largo de la
narración, supeditando la acción de los personajes a la idea; sin embargo,
otros inician la historia y pueden ir modificándola según el transcurrir de la
misma, por lo que no saben cómo puede acabar.
Hay escritores que
escriben pensando qué va a imaginar el lector y lo tiene en cuenta a la hora de
escribir, por lo que dirigen la obra en una dirección, para poder contentarlo,
o bien en otra para sorprenderlo.
Hay lectores que leen las
obras con un carácter posesivo, es decir, que al ir leyendo piensan que el
autor las han escrito pensando en ellos pues se identifican plenamente con la
narración de los hechos.
También nos habla del
centro de la novela, un concepto que encerraría la idea principal que el autor
quiere transmitir a los lectores, hay veces en que el escritor va conduciendo
al lector a ese centro, aunque otras muchas son estos los que se afanan por
encontrarlo, sin saber si el escritor lo ha ocultado, o siquiera si lo ha
escrito. No tiene por qué coincidir el mismo centro para cada lector.
Compara la creación de la
novela con los museos, y su contenido pictórico (No hay que olvidar que en un
principio se quiso dedicar a la pintura), de ahí que comente que existan
escritores visuales y escritores verbales. En la pintura se ve toda la obra al
completo (una sola imagen), aunque se pueda ir desgranando poco a poco la
composición de las distintas partes, en las historias narradas el lector va
descubriendo poco a poco la trama de las mismas hasta su finalización (miles de
imágenes).
El escritor, antes de
iniciar la escritura de una obra, se la imagina en imágenes, debe después ir
pasando la imagen que ha forjado en su mente a palabras, para poder
transmitirla a los lectores.
En la obra aparece
comentarios de cómo el autor escribió la obra “El museo de la inocencia”.
A modo de conclusión y
utilizando palabras de Nietzsche: “antes de hablar de arte, uno debe intentar
crear una obra de arte”. Piensa que el escritor debe leer las grandes novelas de
la literatura universal antes de escribir las suyas propias.
Además de reflejar sus
opiniones personales, también hace mención a las características de la sociedad
turca.
En la cultura musulmana es
más complicado trabajar y difundir el mundo de las imágenes, tanto pictóricas como
escritas, pues por tradición e imposición religiosa no las dejan difundir.
La próxima reunión tendrá lugar el día 28 de marzo para comentar la obra "Malena es un nombre de tango" de Almudena Grandes.
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