El viernes 16 se realizó la fiesta de Graduación de los alumnos de 6º curso.
Se llevaron a cabo las intervenciones de un representante del profesorado, que recayó en el maestro José Luis Molina Martín. Aquí copiamos su discurso.
Buenos días.
Un año más nos encontramos aquí para despedir a una promoción de alumnos, que
siguiendo su trayectoria educativa, pasarán a la etapa del instituto.
Difícil paso.
Eso pensaréis algunos, otros estaréis más tranquilos y deseando que llegue el
mes de septiembre para enfrentaros a nuevos retos, recordando quizás a esos
personajes de algunas de las historias que habéis leído a lo largo de los
cursos que habéis pasado en este colegio: Robinson Crusoe, Ulises, los
personajes estrafalarios de los cuentos de Gianni Rodari,….
Aunque en este
paso, hay alguna madre que lo pasa peor que vosotros pensando en ese cambio,
pues no saben si os mandan a un centro escolar o directamente a “la selva”, en
la que estaréis permanentemente rodeados de los más grandes peligros.
Nosotros, los
maestros que habéis tenido a lo largo de estos años, confiamos en vosotros,
sabemos que saldréis adelante y, la gran mayoría con soltura y suficiencia.
Sabemos que dejaréis el nombre del colegio Jacaranda en un buen lugar.
Nos sentimos
orgullosos de vosotros porque la mayoría habéis hecho todo el esfuerzo del que
sois capaces, y habéis dado lo mejor de lo que lleváis dentro.
También debéis
sentiros orgullosos de representar a un colegio que no sólo ha pretendido
enseñaros conocimientos, sino que entre sus objetivos está el que aprendáis
ciertos valores: el ser solidarios con los menos favorecidos, defensores de las
causas justas, luchadores para que se llegue a la igualdad real, siempre
recordando nuestras aportaciones a la conservación del medio ambiente y
respetuoso con el diferente, ya sea por motivos religiosos, de raza, de lugar
de procedencia o simplemente por ser de diferente equipo de fútbol.
Aunque ya
sabéis que algunos de los objetivos, por más que lo hayamos intentado a lo largo
del curso, no lo hemos conseguido, como el hecho de acostumbrarnos a comer
fruta, ni siquiera un día a la semana. Ni Sandiranda ha sido capaz de
convencerlos con sus argumentos.
Estos valores
que este colegio intenta inculcar en sus alumnos, en vosotros han calado
enormemente.
Hablando un
poco más de los que más conozco, deciros que sois alumnos voluntariosos,
siempre dispuestos a ayudar a nosotros, los maestros, y a vuestros compañeros. A
lo largo de estos años han venido algunos alumnos nuevos y ninguno se ha
sentido extraño, sino que se ha integrado con facilidad.
Sé que muchos
de vosotros conseguiréis vuestros sueños. Estoy seguro que será difícil que
dobleguen ese espíritu que poseéis, que seréis buenos médicos, maestros y
maestras, profesores y profesoras, veterinarios y veterinarias, peluqueras,
informáticos, y quizá incluso inventores de artilugios robóticos.
Algunos lo
tendréis más difícil en vuestra carrera balompédica, ya sabéis que no todos
pueden jugar en Madrid, en el Barcelona o en el Málaga, la competencia es muy
dura. Pero, no preocuparos, el tiempo irá poniendo en vuestro camino otros
intereses, otros gustos.
Cuando en la pasada olimpiada le preguntaron
a Carolina Marín, medalla de oro en bádminton, qué sentía al verse con la
medalla, la respuesta fue: "En mí lo que ha
cambiado ha sido el creer
en mí misma, en soñar desde que era muy joven, en soñar en grande y
en ir a por mis sueños, he seguido a mi sueño y hoy se ha hecho realidad". "Estoy
en una nube, hay que luchar mucho por conseguir los sueños. Es
importante recordar el camino que hemos tenido que seguir para llegar aquí".
Para Carolina esa medalla era el justo
premio a tantos años de esfuerzo y trabajo.
Ahora hacemos un alto en el camino, pero
vuestro viaje a Itaca aún continúa. Navegaréis otros mares. Oiréis otros cantos
de sirenas, pararéis en otras islas buscando vientos favorables. Iréis al
Instituto. Algunos llegaréis a la Universidad , otros os haréis profesionales de los
más diversos trabajos, pero como bien habéis recordado estos días, un trocito
de vuestro corazón irá prendido en los otros corazones, y, seguramente, muchas
amistades actuales se prolongarán en el tiempo.
Para mí, igual que a vosotros, me queda
decir adiós a este colegio, yo ya estoy más cerca de mi Itaca, pero quiero
deciros que me siento enormemente feliz de haber sido vuestro tutor, pues
habéis sido buenos alumnos, no solo a nivel educativo, sino con vuestro
comportamiento y vuestra actitud. En la biblioteca ha sido el grupo de
colaboradores más fiel y trabajador que he tenido a lo largo de estos cursos.
No podía pedir más para acabar una vida dedicada a la enseñanza.
Quiero despedirme de vosotros, como no
podía ser de otra manera siendo el bibliotecario del colegio, con un poema de
Gabriel Celaya, que se titula educar.
Educar es lo mismo
que poner un motor a una barca…
Hay que medir, pensar, equilibrar…
y poner todo en marcha.
que poner un motor a una barca…
Hay que medir, pensar, equilibrar…
y poner todo en marcha.
Pero
para eso,
uno tiene que llevar en el alma
un poco de marino…
un poco de pirata…
un poco de poeta…
y un kilo y medio de paciencia concentrada.
uno tiene que llevar en el alma
un poco de marino…
un poco de pirata…
un poco de poeta…
y un kilo y medio de paciencia concentrada.
Pero es consolador soñar,
mientras uno trabaja,
que ese barco, ese niño,
irá muy lejos por el agua.
mientras uno trabaja,
que ese barco, ese niño,
irá muy lejos por el agua.
Soñar que ese navío
llevará nuestra carga de palabras
hacia puertos distantes, hacia islas lejanas.
llevará nuestra carga de palabras
hacia puertos distantes, hacia islas lejanas.
Soñar que,
cuando un día
esté durmiendo nuestra propia barca,
en barcos nuevos seguirá
nuestra bandera enarbolada.
esté durmiendo nuestra propia barca,
en barcos nuevos seguirá
nuestra bandera enarbolada.
Después se leyeron las memorias realizadas por los tres cursos de 6º. Cada una de ellas fue leída por un alumno y una alumna del curso correspondiente.
Entre cada una de las alocuciones hubo intervenciones musicales de distintos alumnos y alumnas de los tres cursos de 6º, tal y como se recogían en el programa de actos.
Tras las intervenciones se procedió a la entrega a cada uno de los alumnos de un diploma con su nombre y una foto de los compañeros del curso, con un marco que cada uno de ellos se había fabricado.
Para cerrar el acto intervino una madre en representación de los familiares de los alumnos y el Director del colegio, Juan Luis Castro.
Para finalizar el acto los alumnos, junto con los familiares, dieron cuenta de los alimentos y bebidas que habían aportado las familias.
En este enlace os dejamos algunas fotos del acto.
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